(Cantiga provenzal) Yo fui el verdadero Teobaldo de Montagut, barón de Fortcastell. Noble o villano, señor o pechero, tú, cualquiera que seas, que te detienes un instante al borde de mi sepultura, cree en Dios como yo he creído y ruégale por mí.
Así comienza la leyenda Creed en Dios. Me ha venido a la memoria y aquí os lo dejo.
¿No os dan ganas de leerla?
Mi querida Miss Bennet:
Gracias por recordarnos una vez más a nuestro muy admirado y nunca bien ponderado Gustavo Adolfo Bécquer.
Bien sabe usted que hemos pasado muy buenos ratos leyéndolo y recitándolo.
Esta última leyenda, «Creed en Dios», no la conocía. Habré de buscarla para leerla.
Tiene usted unos libros muy bonitos de Bécquer. Éste y, sobre todo, el que nos enseñó en su carta de 2016 «Soy becqueriana».
Bueno, ya sabe, siempre nos quedará Bécquer.
Se despide afectuosamente, Mrs Watson.
Estimada Mrs Watson:
Con gran sentimiento tengo que comunicarle que estos dos libros no me pertenecen, sino que los tomé prestados de ese gran «mamotreto» al que llamamos internet, lo cual no impide que, efectivamente, sean muy bonitos.